Mitología Griega: El mito de Perseo (2)

Bueno, como no me gusta dejar las cosas a medias, y hasta que no las termino no me quedo tranquilo, vamos a dar por finalizada esta breve introducción al mito de Perseo. A partir de ahora me gustaría ir haciendo una pequeña introducción de cada uno de los principales Dioses Olímpicos. Evidentemente no podré decir ni siquiera la mitad de lo que debería, pero algo podremos hacer. Vamos a ver que ha sido de Perseo después de matar a Medusa:
En el viaje de regreso Perseo se encontró con el titán Atlas, pero las versiones sobre lo que ocurrió con él difieren ligeramente. Una dice que Atlas le pidió a Perseo que le mostrara la cabeza de Medusa para convertirlo en piedra, y librarlo así del tormento que suponía sostener sobre sus hombros los pilares del cielo y la tierra. Atlas se transformó en las accidentadas montañas que desde entonces llevaron su nombre. Como la cima de esa montaña se pierde entre las nubes los antiguos creían que ella sostenía todo el peso de la bóveda celestial. Otra versión, sin embargo, indica que Perseo no disfrutó de la hospitalidad del palacio de Atlas, y como castigo lo transformó en piedra mostrándole la cabeza de Medusa.

Atlas quejándose de tortícolis
Sea una cosa u otra, Perseo continuó su camino, y cuando sobrevolaba la costa de Filistia, divisó a una mujer desnuda encadenada a un risco y al instante se enamoró de ella. Esta mujer era Andrómeda, la hija de Casiopea y Cefeo, el rey etíope de Yope. Casiopea se vanagloriaba de que ella y su hija eran más bellas que las Nereidas (las mal llamadas por todos sirenas, pues las sirenas eran monstruos mitad mujer-mitad ave). Estas ninfas marinas se quejaron a Poseidón, el cual mandó un monstruo marino femenino a asolar las costas de Filistia. Cuando consultaron al oráculo de Amón, este les dijo que la única solución era sacrificar a Andrómeda al monstruo marino, para aplacar la ira de las Nereidas. Fue entonces cuando la encadenaron totalmente desnuda, aunque conservaba algunas de sus joyas.
Cuando Perseo vio a Cefeo y Casiopea observando ansiosos desde la orilla, descendió para pedir la mano de Andrómeda si conseguía salvarla. Los padres aceptaron rápidamente, y Perseo voló raudo hacia el monstruo. Tras distraerle con su sombra reflejada en el mar, Perseo le rebanó la cabeza con la hoz que había recibido de Hermes.

Perseo no suelta la cabeza de Medusa ni para ir al baño
La boda se celebró enseguida por insistencia de Andrómeda, pero Cefeo y Casiopea no estaban tan contentos. Habían aceptado el trato de Perseo porque estaban completamente desesperados, pero su hija ya estaba prometida con Agenor, hermano mellizo del rey Belo. En mitad del banquete de bodas, Agenor, instado por Casiopea retó a Perseo. Pero Agenor no luchó en combate singular, sino que toda su guardia se avalanzó sobre Perseo. Este rápidamente sacó la cabeza de Medusa y convirtió a todos sus rivales en piedra, para después destruirlos. Después de este pequeño contratiempo continuó el banquete de bodas (si, como si no hubiera pasado nada...).
Tras la boda, Perseo regresó a Sérifos con su esposa Andrómeda. Allí se encontró con que su madre y Dictis (el pescador que lo había encontrado cuando era un bebé junto a su madre Dánae) estaban amenazados por la violencia y el resquemor de Polidectes. Perseo convirtió en piedra a Polidectes con la cabeza de Medusa, la misma que el propio rey le había mandado conseguir. Tras poner a Dictis en el trono de Sérifos entregó la cabeza a Atenea, quien la insertó en su égida. Devolvió las armas a Hermes, el cual entregó las sandalias, el zurrón y el casco a las ninfas del Estigia, para que siguieran estando bajo su custodia.

Venga, ya está bien de andas con la cabeza para todos lados.
Perseo, junto con su madre y su esposa se encaminó a Argos para reclamar su derecho al trono, acompañados de una partida de Cíclopes. Al enterarse de su inminente llegada, Acrisio huyó a Larisa, pero casualmente Perseo había sido invitado allí a asistir a unos juegos. En un lanzamiento de disco de Perseo que se desvió por la acción del viento (y la voluntad de los dioses) fue a estrellarse contra Acrisio, el cual murió en el acto, cumpliéndose así la profecía del oráculo.
Profundamente afligido por su acto, Perseo enterró a su abuelo, y avergonzado de ser el rey de Argos, fue a Tirinto, donde se encontró con Megapentes, el hijo de Preto, que había sucedido a su padre en el trono. Perseo propuso cambiar su reinado con él (venga, y se cambian los reinos como el que cambia los cromos de Panini), y se trasladó a Tirinto, como su legitimo rey. Aún así, al poco tiempo recuperó el resto del reino original de Petro. Perseo fortificó Midea y fundó Micenas, unas de las grandes ciudades de la antigüedad. Gobernó durante muchos años y cuando murió, los dioses lo situaron entre las estrellas, donde aún puede ser visto junto a su esposa Andrómeda.
Muy bien Perseo, más adelante saldrías también en Los Caballeros del Zodiaco
Bueno, no quiero terminar sin volver a recordar que toda esta información la he obtenido gracias a los libros "Grecia y Roma", de H.A. Guerber y "Los Mitos Griegos", de Robert Graves. Más adelante empezaremos un nuevo tema sobre Zeus.

5 comentarios:

Parritron dijo...

Esperaré impacientemente la entrada sobre Zeus (aunque ya me sepa toda su historia al dedillo xDDD).

Desde luego la mitología griega es flipante a más no poder.

Salu2 crack!!!

elviejoportaldelcielo dijo...

Faxinante, gracias tio

Anónimo dijo...

que vonito,me hencanta perzeoh
pero lah prejunta es ha quien non?
besitoshh desde jaca cyty

Anónimo dijo...

que vonito,me hencanta perzeoh
pero lah prejunta es ha quien non?
besitoshh desde jaca cyty

Unknown dijo...

De donde nace el craker, el monstruo marino